Horario
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Lista de actividades por semana
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7:00am-1:15pm
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Impartir clases de la asignatura de español
en una secundaria técnica de la ciudad de Hermosillo
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1:30pm-3:30pm
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Descanso
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4:00pm-6:00pm
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Entrenamiento
de natación y gimnasio
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6:30pm-8:00pm
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Hacer
tareas y labores en familia
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7:30pm-9:00pm
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Impartir
clases de español a extranjeros
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9:00pm-10:00pm
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Preparar
lo que se necesitará al otro día
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10:00pm-11:00pm
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Realizar
tareas del trabajo y realizar lectura recreativa o académica. Planear clase,
etc.
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Los beneficios de estudiar en un AVA
viernes, 12 de junio de 2015
Calendario de actividades semanales
lunes, 8 de junio de 2015
domingo, 7 de junio de 2015
El trabajo como adicción.
Como dice el viejo adagio “el trabajo dignifica”. Esta aseveración es totalmente cierta ya que realizando una labor podemos desarrollar nuestro intelecto y nuestras habilidades tanto físicas como mentales. Al practicar una actividad que requiera nuestro esfuerzo, estamos ayudándonos a nosotros mismos para ser mejores y sentirnos bien y muy contentos por lo que se ha hecho.
Con el trabajo expresamos lo que sentimos, lo que
anhelamos, podemos manifestar nuestras ideas, desarrollamos la creatividad y
los conocimientos que tenemos y cada vez más nos convertimos en seres humanos
importantes para nuestra familia así como para la sociedad en la que vivimos.
El trabajo constituye la actividad más
importante de la vida humana por el tiempo que se le dedica. A través del
trabajo es como el hombre se perfecciona a sí mismo y se realiza como tal. Es
por las actividades realizadas por lo que el ser humano pone en marcha hábitos
de comportamiento que más tarde llegarán a ser los rasgos constitutivos de su
talento personal. Por otra parte, las consecuencias generadas por esa labor
contribuyen a configurar y moldear su propia personalidad (Polaino, 1998). Sin
embargo, En un mundo acelerado de creciente exigencias y competitividad, las
familias están pagando un precio muy alto. Los problemas más grandes hoy en día
no están en el área económica, sino en la desintegración del núcleo familiar.
Estadísticas demuestran que hoy en día
solo una de cada cuatro familias tiene a su madre y padre en casa. Eso
significa que la mayoría de los niños no ven al menos uno de sus padres en
forma regular.
El porcentaje de mujeres con hijos que
trabajan también va en aumento. En 1970 eran un 39%. Hoy en día es un 69%, y
sigue creciendo.
El paso acelerado del estilo de vida
moderno, independiente del estrato social, ha llevado a la triste realidad en
que cada miembro de familia, inclusive los hijos, duermen bajo un mismo techo,
pero llevan vidas muy individuales y separadas durante el día. Esto fomenta el
egoísmo, el egocentrismo y la falta de preocupación del prójimo. Más aún,
numerosos estudios se han dedicado a estudiar este fenómeno, que derivado de su
nombre en inglés, se denomina como workaholismo o adicción al trabajo.
La adicción al trabajo
La
adicción al trabajo o workaholismo es una necesidad excesiva e incontrolable de
trabajar incesantemente, que afecta la salud, la felicidad y las relaciones de
la persona. En esta condición, el trabajo se convierte en la esfera más
importante para la persona, desplazando otras áreas, tales como la familiar,
amigos, compañeros, grupos sociales en los que participa o solía participar,
entre otros. Para la psicología organizacional el tema es sumamente relevante,
pues como adicción, es equivalente al abuso de sustancias, incluido el
alcoholismo. Se diferencia de otras adicciones por que en muchas empresas
premian la condición al considerarla una conducta digna de sobre desempeño.
La
adicción al trabajo es un concepto relativamente reciente. El escaso número de
investigaciones realizadas es uno de los motivos por los que todavía no hay una
única definición aceptada. Dicho concepto aparece en 1968, cuando el profesor
norteamericano de religión W. E. Oates lo utiliza para referirse a su propia
relación con el trabajo, comparándolo con otra adicción: el alcoholismo. Así,
el término surge de la unión del término trabajo (work) y alcoholismo
(alcoholism), y alude a una necesidad excesiva e incontrolable de trabajar
incesantemente, lo que afecta la salud, la felicidad y las relaciones de la
persona (Oates, 1968). Más tarde, en 1971, lo conceptualizó en su libro
Confessions of a workaholic: The factors about work addiction. La nueva
síntesis conceptual responde así al intento de introducir los rasgos
característicos del comportamiento alcohólico al ámbito laboral.
Características de una persona adicta al
trabajo
Algunos
indicadores relacionados con el comienzo de la adicción son la tendencia al
aislamiento social, el agotamiento, un excesivo sentido del deber, la aspereza
de trato y la pérdida de satisfacción con las actividades cotidianas
anteriormente placenteras.
De
acuerdo a Roger Forbes Álvarez, consejero organizacional, resalta hecho de que
hay una diferencia entre ser un trabajador que trabaja duro, a ser uno adicto
al trabajo; aunque muchas veces las empresas confunden los conceptos,
propiciando que el workahólico se extraiga a sí mismo de su vida por el
trabajo.
Según
Bryan E. Robinson (2001), las personas
adictas al trabajo “no tienen muchos amigos, no tienen cuidado de sí mismos, no
tienen pasatiempos fuera de la oficina”. Describe algunas características que
pueden ayudar a detectar a una persona que está cayendo o ha caído en la
adicción al trabajo.
Según
Robinson, diversos aspectos caracterizan a la persona adicta al trabajo. Las
principales señales de alarma en relación con la dependencia del trabajo son
las siguientes (Robinson, 1989; 1996a):
1.
Prisa constante y ocupación continua. Los adictos al trabajo tienen un
sentimiento constante de urgencia de tiempo, así como la necesidad de estar
implicados en un mínimo de dos o tres tareas simultáneamente y de rechazar
actividades no directamente productivas.
2.
Necesidad de control. La rigidez de pensamiento lleva a planear y organizar
excesivamente todo lo que acontece, de forma que todo sea predecible y
controlable. No es frecuente la delegación del control en otras personas.
3.
Perfeccionismo. El miedo al fracaso impone un control estricto, un alto nivel
de exigencia y una intolerancia a los errores.
4.
Dificultades en las relaciones personales. Al estar los sujetos constantemente
inmersos en el trabajo, no hay apenas espacio para las relaciones interpersonales,
que se consideran como una pérdida de tiempo.
5.
«Embriaguez» de trabajo. Es frecuente la alternancia de etapas de sobre
implicación en el trabajo —similar a un episodio de embriaguez— con otras de
reducción drástica del nivel de actividad —como la resaca tras una borrachera—,
que es resultado de un agotamiento patológico y de una falta de descanso, tanto
físico como intelectual.
6.
Dificultad para relajarse y divertirse. El ocio se percibe como una pérdida de
tiempo. Las lecturas, por ejemplo, suelen estar relacionadas con temas
profesionales. La obsesión por hacer cosas, en lugar de relajarse y disfrutar,
no deja de ser sorprendente.
7.
Pérdidas parciales de memoria. Son fruto del agotamiento y de la atención
simultánea a muchos asuntos. No son infrecuentes los olvidos de fechas y temas
relacionados con la vida familiar y social (aniversario de boda, cumpleaños de
los niños, etc.).
8.
Impaciencia e irritabilidad. Al ser el tiempo una posesión muy preciada,
carecen de paciencia y se irritan fácilmente si se les hace esperar o se
abordan temas en una conversación que no son directamente de su interés.
9.
Déficit de autoestima. El sentimiento de baja autoestima les conduce
ansiosamente a la obtención de logros, que consiguen aumentar, pero sólo transitoriamente,
los sentimientos de valía personal.
10.
Inatención a las necesidades de salud. Son frecuentes una amplia variedad de
problemas físicos (obesidad, consumo excesivo de alcohol, tabaquismo,
hipertensión, etc.), así como un descuido de las necesidades personales de
salud (horas de sueño, descanso regular, chequeos periódicos, etc.).
Robinson
categoriza a los adictos al trabajo, y sugiere que hay diferentes tipos:
· Aquellos que hacen las tareas perfectas o no
las hacen. Trabajan hasta el agotamiento y generalmente sufren de baja
autoestima. Se preocupan compulsivamente por el trabajo y se culpan
extremamente cuando no lo hacen bien.
· Aquellos que tienen problemas para empezar un
trabajo pero una vez iniciado no lo pueden dejar, no lo pueden delegar, no
pueden establecer prioridades ni decir no a nuevas tareas.
·
Aquellos similares a la primera categoría
pero preocupados en extremo por los detalles. Además agregan tareas antes de
terminar para no terminar, pasando del análisis a la parálisis. Tienen
conductas egotistas, caracterizadas en la creencia de que solo lo que ellos
hacen está bien hecho.
Prevención desde una perspectiva integral
Desde el punto de vista de
la salud, hay un conjunto de síntomas y somatizaciones que se asocian a esta adicción a la
acción. El mismo debería tenerse en cuenta para detectar a las personas adictas
al trabajo:
• Cansancio extremo
• Mala nutrición
• Hipertensión
• Trastornos vasculares y cardíacos, ataques cardíacos, embolias
• Trastornos del sueño, insomnio
• Altos niveles de colesterol
• Gastritis y úlceras
• Pérdida del cabello
• Contracturas musculares y dolores óseos
• Propensión a infecciones
Podemos decir, por tanto,
que en el desarrollo de la adicción al trabajo confluyen rasgos psicológicos y
características del ambiente que la determinan por desarrollar, tal y como
indican Castañeda E. y Porter, citados por García Porsia (2014). La dificultad
radica entonces en establecer el límite entre la dedicación al trabajo y la
adicción a este.
La aparición de síntomas
físicos son generalmente indicadores para su detección (cansancio extremo, mala
nutrición, hipertensión, trastornos del sueño, insomnio, altos niveles de
colesterol, gastritis y úlceras, trastornos vasculares y cardíacos, ataques
cardíacos, embolias, pérdida del cabello, contracturas musculares y dolores
óseos, propensión a infecciones). Sin embargo, estos síntomas físicos por sí
solos no permiten señalar una posible adicción. Para un diagnóstico certero es
preciso evaluar también otros aspectos, en particular los de tipo psicológico y
de relaciones sociales. Resulta por tanto importante que se pueda detectar
tempranamente la adicción al trabajo, es decir, cuando aparecen los primeros
signos. Al igual que en otros trastornos, los mejores
"diagnosticadores" son quienes rodean al adicto, es decir,
su familia. Las demandas y quejas de la familia suelen ser claves para la detección.
El problema de dichas quejas es que a diferencia de otras adicciones, el adicto
no llega a la fase de desesperación producida por consecuencias negativas como
las producidas por deudas, rechazo social o robo, por lo que su familia
desconoce la adicción. De aquí la importancia de difundir información y brindar
formación sobre esta adicción comportamental, tanto en los servicios de salud y
en los ámbitos laborales, como a toda la sociedad. Esto facilitaría la
detección en las primeras etapas y permitiría intervenir.
En los servicios de salud
un aspecto que dificulta el diagnóstico es que la adicción al trabajo no está
contemplada dentro de los manuales de criterios diagnósticos.
Puede sin embargo ser
diagnosticada y tratada como un trastorno de control de impulsos al igual que
otras adicciones comportamentales.
Como en toda adicción,
para que el adicto al trabajo cambie, debe aceptar que las conductas y
actitudes adoptadas hasta ese momento no son saludables o convenientes, debe
posicionarse críticamente frente a sus acciones y debe encontrar el sentido de
su comportamiento.
Reflexión
Decidí escribir sobre este tema,
principalmente, por una clase que impartí sobre problemas docentes. Uno de
ellos era el agotamiento o stress laboral. Consideré desde entonces, este tema
como parte del desempeño diario de muchos profesionales que trabajan con seres
humanos. Por otro lado, mi reflexión también iba alrededor de los
laboradependientes, que están, de alguna manera, en el otro extremo. Me
interesó saber y ahondar un poco más en las personas que suelen convertirse en
adictas al trabajo, personalmente la considero la patología del siglo XXI.
Afecta no solamente al adicto, como suele suceder con todas las adicciones y de
alguna manera, como docente, atribuyo el fracaso escolar a algunos rasgos de
desintegración familiar (por llamarlo de alguna manera) que tienen que ver con
las consecuencias de la adicción al trabajo y por añadidura, su ausencia en el
entorno familiar de los alumnos. Lo he vivido como docente y es inquietante
enfrentarte a este elemento externo, de alguna manera, las situaciones que
conozco y vivo a diario, me hicieron abordar este tema.
domingo, 10 de mayo de 2015
¿Qué es un estudiante en línea?
¿Qué
es un estudiante en línea?
Para llegar a lo que
conocemos como Ambientes Virtuales de Aprendizaje (AVA), hubo que pasar por
varias etapas de desarrollo del conocimiento obtenido a distancia.
Primeramente se desarrolló y
superó, por sus múltiples limitantes, la enseñanza por correspondencia. Después
se logró un avance significativo al utilizar, con fines educativos, los
recursos audiovisuales y las herramientas multimedia, entre ellos el CD-ROM.
Con todo el avance
tecnológico y la inserción del modelo constructivista, hemos podido acceder a
un sin número de recursos electrónicos que permiten estudiar de forma
sincrónica y asincrónica y de ese modo avanzar hacia la autogestión del
conocimiento. Esto nos lleva a desmitificar la idea de que el aprendizaje
virtual convierte al alumno en un ente pasivo y construir un ambiente de
aprendizaje colaborativo por medio de la red.
Podemos encontrar beneficios
significativos al convertirse en estudiantes dentro de un AVA, deja de depender
de las acciones e instrucciones del docente. Aunado a esto, la
retroalimentación que se recibe de alumnos que se encuentran ubicados en otras
partes del país, incrementan nuestro conocimiento educativo al adentrarnos a
diversas formas de ver el mundo.
Las siguientes
características son las que un estudiante en línea debe poseer:
ü Actitud
proactiva
ü Compromiso
con el propio aprendizaje
ü Conciencia
de las actitudes, destrezas, habilidades y estrategias propias
ü Actitud
para trabajar en entornos colaborativos
ü Metas
propias
ü Aprendizaje
autónomo y autogestivo
Además de poseer o adquirir
dichas características existen algunos retos que el estudiante en línea deberá
afrontar para convertirse en un alfabeta digital.
El estudiante en línea se
enfrenta también a algunos retos:
ü Deberá
dejar atrás el aprendizaje dirigido
ü Evita memorizar y repetir el conocimiento
ü Gestión
y administración del tiempo
ü Destrezas
comunicativas
El estudiante en línea
principalmente debe ser autogestivo, autocrítico, analítico, buen administrador
del tiempo y poseer habilidades de lectura y escritura.
Existen algunos mitos que se
han relacionado con la educación en línea:
ü Es
fácil y sencillo estudiar en línea, solo hay que estar en la computadora y ya.
ü No
hay que leer nada, basta con copiar y pegar la información que encuentre en la
red.
ü Como
no me conocen (físicamente), puedo dejar de estudiar en cualquier momento.
Estos mitos se contraponen contra aquellos que piensan que
estudiar en línea es sumamente difícil debido
a que no tienen a mano a su tutor para recibir asesoría o resolver dudas
o por no tener el material didáctico de forma física.
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